lunes, 13 de diciembre de 2010

¿Qué caracteriza a los Ingenieros?

Los Ingenieros somos especímenes curiosos, con características distintivas: He encontrado una relación de éstas y estoy seguro de que muchos nos identificamos con ellas:
  • En nuestras relaciones sociales, impera el realismo: Irse a casa tan pronto como sea posible, evitar ser invitados a eventos aburridos (la mayoría lo son para nosotros), demostrar superioridad mental y profundos conocimientos de todas las materias existentes
  • Nos fascinan los "aparatitos", sobre todo pensando que algún día se estropearán y tendrán que ser reparados. O, dicho de otro modo, si no hay problemas a mano, se inventan problemas nuevos
  • ¿Nuestra vestimenta? Asuntos no prioritario con tal de asegurar el cumplimiento de los mínimos requisitos de temperatura y decencia estén cubiertos. Cualquier cosa añadida es completamente superflua. Salvo, por supuesto, un manojo de llaves enganchadas en el cinturón, la infaltable "Victorinox" o cortaplumas y el moderno pendrive
  • Ni siquiera cuando se trata de salir con alguien nos planteamos como táctica crear un falso atractivo; así que somos universalmente reconocidos como material excelente para el altar: inteligentes, fiables, con un buen empleo, honestos y muy convenientes para tenerlos a mano cuando se necesita reparar algo (¿?). ¡Ah!, y con capacidad de producir hijos ingenieriles con los que conservar la especie, eso sí, más tarde que los hombres normales (somos imanes eróticos a partir de los 35 como poco)
  • Somos personas MUY ahorrativas, no por falta de dinero o tacañería sino porque cada situación de gasto es únicamente un problema de optimización
  • A veces se nos considera muertos antes de tiempo por nuestra habilidad para concentrarnos en un tema hasta el punto de excluir cualquier tipo de interacción con el medio. Así que, en los tanatorios, cualquier persona con titulación de ingeniero es llevada a una salita en la que permanece unos días para ver sale del trance
  • ¿Riesgos? No, gracias. Que cada vez que un ingeniero comete un pequeño error, los medios de comunicación (gente de letras) montan un enorme barullo como si fuese el fin del mundo
  • Para rematar, algunas afirmaciones sobre los ingenieros dichas por ellos mismos:
    • Un Ingeniero no es que sea prepotente, es que está rodeado de inútiles
    • Un Ingeniero no tiene el ego muy grande, es que el despacho es muy pequeño
    • No es que los ingenieros quieran tener siempre la razón, es que los otros siempre se equivocan
    • Un Ingeniero no es que sea un engreído; es que los simples mortales no le comprenden
    • Un Ingeniero no es un inútil para hacer tareas cotidianas, es que para qué demonios gastar sus valiosas energías en bobadas

jueves, 2 de diciembre de 2010

Se nos marcha el talento

La fuga de cerebros (hasta 1.000 empleos menos cada mes) se está convirtiendo en una severa amenaza para el sector español de I+D+i; las escasas perspectivas laborales y la caída de la inversión pública en investigación motivan que muchos jóvenes intenten desarrollar su carrera profesional fuera de España.

Ante el recorte de presupuestos, el CSIC reducirá sus contrataciones un 20% el próximo año. Por otro lado, fuera de España los investigadores encuentran una buena acogida del talento. El Departamento de Movilidad Internacional de la consultora Adecco confirma que, en tan sólo dos años, el número de demandantes de empleo fuera de España se ha duplicado y el 50% de ellos asegura que dejaría el país por un sueldo igual o, incluso, menor que el que recibe aquí.

También las cifras demográficas oficiales parecen corroborar esta tendencia. Entre Abril de 2008 -momento que se considera el principio de la crisis económica- y Abril de 2010 el número de españoles mayores de edad residentes en el extranjero se ha incrementado en 118.145 personas -un 9,2% más.

Según la consultora, el perfil del profesional que se marcha fuera es el de un joven de entre 25 y 35 años, que aún no posee cargas familiares y que, generalmente, cuenta con una formación altamente cualificada. Tradicionalmente, España ha exportado cerebros de la rama biosanitaria, pero la crisis también está afectando a arquitectos, informáticos o ingenieros.

Precisamente el sector de la ingeniería es el que últimamente se muestra más inquieto ante la falta de oportunidades en España y la incesante fuga de cerebros. La principal causa de este chorreo continuo de destrucción de empleo es, según José Luis Vallvé, presidente de Tecniberia, el recorte en la inversión pública en ingeniería en un 50%. «Hace un año, en los tablones de anuncios de las Escuelas de Ingenieros había muchas ofertas de trabajo. Ahora no hay ninguna».

Teniendo en cuenta que la ingeniería y la investigación son sectores estratégicos que crean nuevo conocimiento e impulsan la economía de un país, y por mucho que se pregone lo contrario, el futuro de España no se presenta nada claro.

Todo esto no tiene sólo connotaciones humanas -la pérdida de fuerza de trabajo y de talento creador- sino económico; formar a un ingeniero le cuesta a la sociedad unos 60.000 euros. Si se marcha fuera, es una inversión que no se recupera.

Después de todo, queda claro que el Gobierno no ha apostado precisamente por la innovación para salir de la crisis.